Todo el mundo está en alerta, aeropuertos y fronteras son vigilados meticulosamente, cualquier persona que muestre un índice de contagio del virus que todos temen, será exiliado y atendido rigurosamente para evitar que el virus se propague. Se cree que el Coronavirus proviene de un mercado de carnes en la localidad de Wuhan China, por esta razón países vecinos como Japón, Corea del Sur y Tailandia han declarado alerta máxima, algunos han cerrado sus aeropuertos.
Los síntomas del misterioso virus son:
Dificultad al respirar
Tos
Dolor de garganta
Estornudos
Y fiebre
En un hospital de China donde acudió un enfermo 15 personas terminaron contagiados. Definitivamente no queremos toparnos con el virus y gracias a Dios que tenemos la medicina que nos ayuda a combatir enfermedades como estas. No obstante muchos pasan por alto un tipo de virus mayor que es capaz de matar no solamente el cuerpo sino también el alma “el pecado”
Al contrario, uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo seducen. De estos malos deseos nace el pecado; y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte.
Santiago 1:14-15
Tenemos la tendencia a culpar a otros de nuestras enfermedades, pero en este caso es diferente, cada uno es responsable porque el pecado proviene del interior de la persona, del corazón, y cuando este virus llega a su completo desarrollo nos lleva a la muerte a la “Muerte espiritual” lejos de Dios.
El pecado no es algo con lo que ningún cristiano o no cristiano pueda jugar es peligroso y letal. ¿Qué harías tú para combatir un virus letal? Definitivamente acudirías a un especialista lo más pronto posible para curarte, Jesús dijo:
Los sanos no necesitan médico, los enfermos sí. Yo no he venido a invitar a los buenos a que me sigan, sino a los pecadores.
Marcos 2:17
Jesús se autodenomina el médico de pecadores, su sangre es el antídoto a la muerte por el pecado, cualquiera que quiera salvar su vida deberá estar lo más cerca posible de Jesús y seguir sus consejos es más abandonará cualquier fuente de contagio.
Sé prudente, sé sabio.
Dios te bendiga
Einar Zelaya G.
