¿Cómo hago para querer orar todos los días?
Humildad
El principio de una vida de oración es
la humildad. Si creemos que podemos manejar nuestras vidas sin Dios, si vivimos
cada día sin reconocer que lo necesitamos cada segundo, si creemos que todo
puede funcionar bien sien Él, entonces nunca tendremos la necesidad de orar.
La oración diaria no empieza con una
rutina, sino con un cuestionamiento: ¿Qué necesito que Dios haga hoy que yo no
puedo hacer? Dios está con aquellos que reconocen la necesidad de su presencia
en cada paso. ¿Será que nuestra falta de
oración es un reflejo de orgullo en nuestro corazón? Les invito a reflexionar
en el siguiente pasaje:
Aunque el Señor es grande, se ocupa de
los humildes, pero se mantiene distante de los orgullosos.
Salmos
138:6 NTV
Expectativas
Altas
La oración nunca debe estar sujeta a una
rutina de palabras, eso es trabajo fácil. Pensemos en lo siguiente: Si Dios nos
quisiera a su lado, ahora mismo estaríamos con Él en los cielos, pero la
realidad es otra, lo que nos deja a entender que hay mucho trabajo que hacer
aquí, y mucho por que orar. La expectativa de Dios para nosotros es alta, y
debemos tener esa expectativa para nosotros mismos. ¿Nuestra falta de oración podría ser un reflejo de una vida llena de
bajas expectativas? Una famoso predicador una vez dijo: "si me preguntaran
a qué le tengo miedo ahora, le respondería: a que Dios haga realidad mis
oraciones". Si nuestras peticiones no nos asustan entonces hay una
expectativa baja y debemos seguir orando y creciendo en ella. Les invito a
reflexionar en el siguiente pasaje de la vida de Jesús:
Entonces Jesús miró al cielo y dijo:
«Padre, gracias por haberme oído. Tú siempre me oyes, pero lo dije en voz alta
por el bien de toda esta gente que está aquí, para que crean que tú me
enviaste». Entonces Jesús gritó: «¡Lázaro, sal de ahí!». Y el muerto salió de
la tumba...
Juan
11:41-44
Oración
+ Expectativa
Jesús como ser humano fue un hombre de
oración y muy altas expectativas, si decimos que estamos unidos a Él, entonces
nuestra vida refleja eso oración y expectativas altas. Cuando oramos cosas
grandes ocurren, si dejamos de orar nada pasará. Pará qué esperar a ver milagros en otros lados, empecemos por nosotros
mismos: ¿Que milagros? ¿Qué acontecimientos más allá de nuestras voluntad
humana queremos ver? ¿Qué hábitos? ¿Qué adicciones queremos ver desaparecer?
¿Qué conquistas? y ¿Qué victorias queremos conseguir? Todo esto y mucho más
puede suceder si desde hoy empezamos a orar con fervor y altas expectativas,
Dios será exaltado y glorificado mediante nuestras vidas.
Sigamos reflexionando:
Pueden pedir cualquier cosa en mi
nombre, y yo la haré, para que el Hijo le dé gloria al Padre. Es cierto,
pídanme cualquier cosa en mi nombre, ¡y yo la haré!
Juan
14:13-14 NTV
¡Dios
les bendiga!
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